En 1973 ganó un premio literario, compartido con José Bianco, con un ensayo sobre el chisme como procedimiento narrativo en Proust y James.
Además de Cozarinsky estaban allí, entre otros, Miguel Bejo, Rafael Filippelli, Hugo Gil, Bebe Kamin, Edgardo Kleinman, Néstor Lescovich y Julio Ludueña.
Sin embargo, el único libro que publicó en esos años –Vudú urbano (1985)– se convirtió en un éxito.
En el mismo año, tras el derrumbe de la dictadura militar, volvió a Buenos Aires para una visita breve.
Tres años más tarde, filmó en la Patagonia Guerreros y cautivas, un southern por oposición al género western, y a partir de ese momento empezó a pasar cada vez más tiempo en su ciudad natal.
En 1999 pasó un mes en un hospital de París con una infección en un disco, y durante esa internación le diagnosticaron un cáncer.
Muy pronto se consagró como un escritor importante tanto en español como en los muchos idiomas a los que fue traducido.