Diseñó y construyó un electrómetro que podía detectar la presencia de partículas energéticas (u ondas electromagnéticas).
Detectó fuentes de radiación natural en la Tierra con su electrómetro, pronosticando que si se alejaba lo suficiente de estas fuentes detectaría menos radiación.
Para probar su hipótesis, en 1910 comparó la radiación en la parte inferior y en la parte superior de la Torre Eiffel, encontrando que la ionización cayó de 6 a 3,5 iones por cm³ cuando ascendió a la Torre Eiffel (330m).
Si la ionización se debiera a los rayos γ originados en la superficie de la Tierra, la intensidad de iones tendría que haberse reducido tan solo a la mitad a los 80 m de altura.
Publicó un artículo en Physikalische Zeitschrift detallando los resultados de sus cuatro días de observación en la Torre Eiffel.