La historia comienza en China en 1926, donde la situación política es caótica, las facciones nacionalistas, comunistas y los señores de la guerra luchan por el poder.
La tripulación estadounidense no hace otra cosa que darse la gran vida, mientras todo el trabajo duro y sucio es realizado por una legión de sirvientes chinos llamados culíes, un vocablo cantonés para esclavos.
Esto es permitido por el capitán Collins (Richard Crenna), para evitar una situación previa, en la que los chinos se peleaban entre sí por servir a la tripulación del barco.
Como ingrediente romántico, aborda el cañonero la joven misionera Shirley Eckert (Candice Bergen), quien termina por enamorarse del renegado maquinista, trayendo algo de dulzura a su vida.
Sin embargo, ella está sujeta al porfiado y altruista misionero Jameson (Larry Gates), que no reconoce su propia nacionalidad.
Solo abrirá fuego y comprometerá al USS San Pablo si la vida de algún estadounidense está en peligro.
Al no saber de él, Holman cuando es enviado en misión consular, aprovecha para visitar a Frenchy, ignorando que ha muerto.
Los chinos que habían raptado a Mayli la asesinan, y aprovechan el incidente para crear una situación de tensión política.
Cuando Holman ya cree estar a salvo es alcanzado e, incrédulo y preguntándose por qué ha llegado hasta esa situación, fallece.