La ciudad de Springfield sufre una crisis financiera y para reducir costos, se han tomado varias medidas, entre ellas poner en libertad a los presidiarios encarcelados por delitos menores.
La casa es comprada por un hombre llamado Walt Warren, que con su amabilidad y buenos modales se gana enseguida la simpatía del vecindario.
La noche antes de que Walt fuera liberado, Bob lo drogó y lo sometió a un trasplante para intercambiar sus caras.
Ellos lo hicieron rastreando la señal de su vehículo híbrido, ya que todos ellos están secretamente controlados por el gobierno.
Los Simpson llegan y se alivian al ver que Bart está a salvo.