Está incompleto pues no ofrece textos para las celebraciones de Cuaresma, Pascua y tampoco el canon.El sacramentario gelasiano atribuido impropiamente al Papa Gelasio I, se conserva en la Biblioteca Vaticana.Sus textos son el modelo de las formas litúrgicas posteriores al Concilio Vaticano II debido a su sobriedad y sencillez.Ya en la Apología de Justino Mártir y en las Constitutiones apostólicas (del siglo iii) se indica que tras la lectura de algún texto del Antiguo Testamento se procedía a leer alguna epístola o los hechos indicando expresamente que el evangelio era leído solo por el sacerdote o el diácono.Por ello, se prepararon también listas o enumeraciones de los textos para encontrar más fácilmente la lectura que correspondía cada día.Hacia el siglo xi los leccionarios comenzaron a desaparecer pues se publicaron libros que contenían toda la misa, incluidas las lecturas.