El tipo de variables o propiedades latentes que se pretende medir pueden ser cuantitativas o cualitativas y según esto se distingue entre el modelo aquí descrito y los modelos de clases latentes.
[3] Las ideas sobre las que se fundamenta este modelo, sin embargo, habían sido expuestas antes, incluso muy tempranamente, por parte de los fundadores del campo de la psicometría (Louis Leon Thurstone, 1912 y Alfred Binet, 1905).
Las principales deficiencias y limitaciones de la teoría clásica (TC) están determinadas por la forma como se construyen las pruebas psicológicas bajo este modelo y se han descrito extensamente.
[5] La imposibilidad de definir en términos objetivos lo que se mide (las variables latentes, como los rasgos de personalidad), hace que existan, por ejemplo, muchos instrumentos para medir depresión, que dan medidas diferentes e inherentemente incomparables, dado que no se puede determinar de manera objetiva cuál mide efectivamente ese rasgo, pues fueron construidas bajo la teoría clásica y están sujetas a sus paradojas.
En breve, para poder medir bajo la TC se asume que el puntaje real del rasgo psicológico a medir (T) está relacionado con el puntaje observado de manera directa (O), si bien sujeto a algún error (e), como se expresa en
(En esa expresión puede verse ya el platonismo señalado líneas arriba).
Así que para saber de qué tamaño es ese error y estimar entonces el puntaje real debe cubrirse un conjunto de requisitos conocidos como tau-equivalencia, el más importante de los cuales en este contexto es que deben tenerse varias observaciones del rasgo en condiciones (idealmente) iguales.
Para resolver este problema se requeriría sobre todo un desarrollo de orden teórico, una mejora del edificio teórico del diagnóstico psicológico a nivel de contenidos, más que metodológico.
Un aspecto que desata muchas controversias en el área psicométrica es que los distintos modelos teóricos sobre el ser humano y la enfermedad tienen conceptualmente un abordaje muy diferente del problema a medir.
Mientras el modelo médico enfoca las alteraciones psicológicas como una enfermedad, el modelo psicosocial las define más bien como sistemas de comportamiento aprendidos o conformados en el transcurso del desarrollo de una persona y que configuran patrones de comportamiento que esencialmente no se desvían del comportamiento normal.
El nuevo modelo probabilístico, aunque superior, tampoco lograría responder a estas contradicciones esenciales, que son las que en definitiva van en detrimento de la validez de las pruebas psicológicas.