Narses, enfurecido, para acabar con ellos, tuvo la idea de prender fuego a la ciudad.
La existencia de una iglesia 'julianista' separada (ahora llamada a menudo 'gaianita') duró varios siglos.
Un higúmeno egipcio presente en la capital, Pablo Tabannesiote, fue consagrado en su lugar por el patriarca Mennas (a finales del 537).
Ese año, aduciendo que estaba enfermo, lo envió a Dercos, y desde allí escapó en secreto a Asia Menor donde hizo docenas de ordenaciones sacerdotales en un viaje que lo llevó hasta Cilicia.
Denunciado, regresó a Constantinopla, donde la emperatriz Teodora le protegió dando un falso testimonio en su favor.
En 542, Al-Harith ibn Jabalah, emir de los gasánidas, una confederación de tribus árabes aliadas del Imperio bizantino, donde se había implantado el cristianismo en su forma monofisita, hizo una solicitud oficial a Teodora para que le facilitara dos obispos del movimiento (uno para los árabes y el otro para los protegidos no árabes del emir).
Teodosio fue elegido patriarca como candidato del ala moderada de los monofisitas, cristianos que creían que Cristo tenía una naturaleza en lugar de las naturalezas divina y humana.
Sus trabajos incluyen sermones coptos y exposiciones de la doctrina monofisita moderada dirigidos a destacadas personalidades bizantinas.