Siglo I El templo romano de Córdoba está ubicado en la ciudad homónima, en España, y fue descubierto en 1951 durante la ampliación del ayuntamiento.
Las construcciones del interior, al igual que el lienzo de muralla, fueron destruidos para levantar el templo.
Las primeras evidencias se remontan al año 1576, cuando el alcalde Francisco Zapata y Cisneros adquirió casas adosadas a la muralla para la construcción del nuevo ayuntamiento y cuya denominación de «Los Marmolejos» ya sugería la existencia de algún complejo marmóreo.
El entonces alcalde Antonio Cruz Conde, incapaz de proseguir las excavaciones con el presupuesto municipal, pidió subvenciones al Estado.
La conservación del altar y el pavimento original frente al templo permitió calcular la altura aproximada de las columnas.
[4] En 1985 volvieron a reanudarse las investigaciones gracias al arqueólogo José Luis Jiménez Salvador, en cuya campaña se descubrió el muro de separación entre el pronaos y la cella y se excavó el espacio interior del templo, que se encontraba hueco debido a que la anchura de los muros permitió a los ingenieros ahorrarse la utilización de piedra en esta zona.
Asimismo, se descubrió que parte de este amurallamiento oriental había sido destruido parcialmente para la construcción del complejo religioso y su plaza porticada.
[9] Este tipo de sujeción recomendada por Vitruvio llamada antérides, no era frecuente en el Imperio, lo cual supone un valor añadido al conjunto cordobés.
Alrededor pueden verse algunos fragmentos originales del templo, tales como piezas de tambores o capiteles.