Esto a veces se identifica como una forma de satanismo, aunque los setianos no suelen adoptar este término y algunos académicos lo impugnan.
Insatisfecho con la dirección en la que LaVey estaba llevando a la Iglesia, Aquino renunció y, según su propio reclamo, se embarcó en un ritual para invocar a Satanás, quien le reveló un texto sagrado llamado El libro de la llegada de la noche.
A Aquino se unieron para establecer el Templo varios otros miembros insatisfechos de la Iglesia de LaVey, y pronto se establecieron varios grupos setianos en todo Estados Unidos.
Específicamente, Aquino describió las prácticas setianas como "magia negra", un término que define idiosincráticamente.
Gobernado por un sumo sacerdote o una suma sacerdotisa y un Consejo de Nueve más amplio, el Templo también se divide en grupos conocidos como pilones, a través de los cuales los setianos pueden reunirse o comunicarse para avanzar en su trabajo mágico en un área en particular.
Sugirió que también podría verse como una forma de "post-satanismo", continuando así reflejando sus orígenes históricos dentro del satanismo religioso.
En 1973 ascendió al rango de Magister Templi del IV ° que no había alcanzado anteriormente.
Según los estudiosos del satanismo Per Faxneld y Jesper Petersen, Aquino se había convertido en la "mano derecha" de LaVey.
Si bien LaVey parece haber tenido una visión pragmática y práctica de los grados y del sacerdocio satánico, con la intención de que reflejen el papel social del poseedor del título dentro de la organización, Aquino y sus seguidores vieron el sacerdocio como espiritual, sagrado e irrevocable.
En el libro de Aquino, El libro de la ley fue presentado como un texto espiritual genuino entregado a Crowley por fuentes sobrenaturales, pero también se declaró que Crowley había entendido mal tanto su origen como su mensaje.
A su vez, LaVey satirizó el nuevo templo como "Los hijos del desierto de Laurel y Hardy".
En 1975, el Templo se incorporó como una Iglesia sin fines de lucro en California, recibiendo el reconocimiento estatal y federal y la exención de impuestos más tarde ese año.
A pesar de esto, en la actualidad un setiano no tiene que creer en Set como un dios o ente metafísico real.
La organización está dirigida por un sumo sacerdote o sacerdotisa, que también es la cara pública del Templo.