En realidad estaba dedicado al culto imperial, no a la diosa Diana, y debió ser uno de los templos principales de la urbe, a juzgar por su dedicación y por el lugar preeminente que ocupaba en el espacio urbano.Orientado de norte a sur, su fachada posterior sería paralela al decumano.Dentro del espacio amplio del foro, el templo se concibió con su propio recinto ajardinado, abierto al foro, mediante un pórtico de pilastras y con dos estanques frente a las fachadas mayores.Sobre los capiteles de orden corintio en algunos tramos pervive la viga del arquitrabe, cuyo adorno original podemos adivinar por algunos fragmentos recuperados en las excavaciones.[4] Como parte del conjunto religioso, a ambos lados de la fachada existían dos estanques con sus respectivos canales.Existen algunos detalles que indican actividad constructiva en el mismo durante la posterior etapa de los Flavios (69-96 d. C.).Todo lleva a pensar que el templo en realidad estuvo dedicado al culto imperial, y como tal en su interior se veneraba tanto la imagen del emperador como la del Senado divinizado, un culto extensible también a la diosa Roma.