Un templete es una pequeña estructura con forma de templo, habitualmente destinada a albergar algún objeto.
Ya se conocen templetes en Mesopotamia[3] y en el antiguo Egipto (como el de Tutankamon), y su uso ha acompañado a las religiones icónicas e idólatras a lo largo de la historia.
Estas características han favorecido que los templetes hayan servido en numerosas ocasiones como laboratorio de pruebas para nuevos conceptos estilísticos,[4] generándose piezas de elevado valor artístico.
Así, quizás el templete más conocido sea del de San Pietro in Montorio, diseñado en 1502 por Bramante, y que según muchos autores representa la síntesis de la arquitectura renacentista.
También son conocidos los "templetes de metro" de la época modernista,[5][6] los templetes telefónicos que sostenían el cableado urbano primitivo[7] y los templetes neoclásicos con los que se gustaba decorar los llamados "jardines ingleses" o románticos durante los siglos XVIII y XIX.