Este teatro fue construido a principios del siglo XIX, una época de gran crecimiento, tanto demográfico como económico, de la ciudad.
Tras años de abandono, fue rehabilitado e inaugurado en 1999, reconociéndose su valor histórico.
Quedó finalmente un patio de forma elíptica, que estaba presidido por un retrato del rey Fernando VII, y, en el centro, se colocó una mesa (actualmente se conserva en el Ayuntamiento), destinada al Presidente y a los Secretarios.
A finales del siglo XIX, en 1887, se iniciaron las gestiones para que este histórico edificio fuese declarado Monumento Histórico-Artístico, aunque esto no logró conseguirse hasta el 19 de noviembre de 1935, si bien no se publicó hasta el 9 de diciembre de 1935,[2] durante la Segunda República.
Tras la Guerra Civil, el edificio continuó funcionando como teatro, aunque posteriormente fue utilizado como bingo, quedando en un estado muy deteriorado.