El modelo que el arquitecto Félix Navarro utilizó para la construcción fue el Teatro Gijón.
Con esta finalidad benéfica y debido a que el corral estaba muy deteriorado, en el año 1839 el Ayuntamiento proyectó la construcción de un nuevo local destinado a teatro en el antiguo Palacio Episcopal.
Hubo entonces una época en que Logroño se quedó sin local para representaciones, por lo que se habilitó el del Liceo, de propiedad privada, construido en 1868 como local provisional.
El Liceo, situado en la calle Ruavieja, se demostró del todo insuficiente para dar cabida a los ciudadanos de la época que tenían una gran afición al teatro, según indica Cesáreo Sáenz Balmaseda:"... las funciones tenían que repetirse para dar cumplimiento a todos, pues era tan grande la afición al teatro, que se buscaban las localidades, sobre todo las de preferencia, con tres o cuatro días de antelación".
Se decidió entonces "abrir un concurso para la presentación de proyectos y ceder la obra a quien mejores condiciones reuniese, entregándole como subvención el solar y los seis mil duros de la suscripción obtenida", según consta en las actas municipales.
En 1901 La Caja de Ahorros Municipal compró el teatro haciéndole importantes reformas especialmente en la fachada bajo la dirección de los arquitectos Ignacio Velasco, primero y D. Luis Barrón, después, con modificaciones en la estructura, la cubierta y sobre todo en la fachada, dejándola como prácticamente la conocemos hoy.
En 1986 se procede a su reconstrucción para quedar definitivamente rehabilitado en mayo de 1990 cuando se procede a su inauguración oficial con la asistencia de la Reina Sofía.