Su origen se remonta a la antigua Tarraco romana, capital de la Hispania Citerior Tarraconensis.
[6] La altitud oscila entre los 176 m al norte (Alts de la Bassa Closa) y el nivel del mar.
Las precipitaciones son irregulares, tanto dentro de un mismo año como entre diferentes años, si bien se observa un patrón según el cual la estación más seca suele ser el verano, seguido del invierno; primavera y otoño suelen registrar las mayores precipitaciones, especialmente este último.
La nieve no es muy rara, pero no suele caer con suficiente intensidad o duración como para cubrir el suelo, lo cual la convierte en un fenómeno subjetivamente percibido como mucho más infrecuente de lo que en realidad es.
Las temperaturas máximas en los días más calurosos del año no acostumbran a superar demasiado los 30 °C.
Tarragona es famosa por su clima y patrimonio que atraen a los turistas; la ciudad es conocida, junto al municipio de Salou, como Costa Dorada.
Esa última tesis estaría avalada por la bien documentada huida del obispo Próspero, pero por otra parte no se han encontrado indicios arqueológicos que demuestren una interrupción súbita de la vida ciudadana.
Borrell II se proclamó Príncipe de Tarragona en el 960, pero los sucesivos intentos de consolidación del dominio cristiano sobre la ciudad demuestran lo precario que fue ese dominio, al menos hasta el siglo XI.
Se iniciaba así un proceso marcado por continuos conflictos jurisdiccionales que culminaron con la extinción del principado y la restitución al Conde de Barcelona en 1151.
Fuera del recinto defensivo de esta primera época, había tres áreas claramente diferenciadas: en primer lugar, el Corral, el antiguo circo romano, que se convirtió en un burgo extramuros con un mínimo de población y destinado principalmente a actividades comerciales e industriales.
A diferencia de la primera, no estaba muy habitada, excepto en el área del puerto y en la zona más próxima al Corral.
La iglesia, y más concretamente, los arzobispos jugaron un papel importante en el relanzamiento cultural, artístico y urbanístico de la ciudad en el siglo XVI, ya que estos religiosos, además de ser prelados, ocupaban importantes cargos políticos.
Por otra parte, en la ciudad estaban instaladas numerosas órdenes religiosas que realizaban tareas benéficas y educativas.
Con la mejoría de la situación, se reemprenderán las obras del puerto y otras que habían quedado paradas por el conflicto.
En esta época se pudieron salvar muchos restos de la antigua Tarraco, que sirvieron como base del primer Museo Arqueológico.
Tarragona cuenta con un sistema sanitario muy amplio, tiene 8 centros de atención primaria y urgencias gestionados por el CatSalut.
El Aeropuerto de Reus Tarragona cuenta con vuelos nacionales e internacionales y está operado por Aena.
El plato típico por antonomasia en Tarragona es la espineta con caracoles, especialmente consumido durante las fiestas de Santa Tecla.
Es célebre la frase «Santa Tecla gloriosa, mare dels tarragonins, què fem avui per dinar?
Espineta amb cargolins!» («Santa Tecla gloriosa, madre de los tarraconenses, ¿qué hay hoy para comer?
El primer domingo anterior al día 23 se organiza una gran jornada castellera con las mejores agrupaciones del momento.
Por la tarde vuelve a salir el cortejo popular, incluidas las agrupaciones castelleras, mientras se lleva brazo de Santa Tecla en procesión.
Es un plato compuesto por atún, caracoles, patata, cebolla, tomate y salsa de romesco, entre otros ingredientes.
Los surtidores son una sandía (por el verano, es la fruta que se come), un botijo (por la fiesta de San Magín), una almeja (por estar al lado del mar) y un tren.
El día 19 por la mañana se celebra una actuación castellera en la plaza de las Coles, donde actúan las cuatro agrupaciones locales.
Es por eso que en el concurso de castillos se ven construcciones humanas realmente espectaculares.
Las últimas seis ediciones han sido ganadas por los Castellers de Vilafranca, marcando así un récord más en el mundo casteller.
La cohorte está formada por el centurión o Capità Manaies, un tocador de trompeta, 6 tocadores de timbales, que van vestidos con capa blanca, y 32 armats con capa roja, coraza, escudo y lanza.
El carnaval de Tarragona se remonta a las fiestas saturnales, lupercales y matronales que celebraban los romanos.
Son también características las rúas de Ninots i Reis (con sus respectivos séquitos), las sátiras, los saraus, entre otros muchos elementos.