Su primera edición se organizó en el año 1906, por lo que fue una de las carreras más antiguas del mundo.
Como legado, la marca alemana Porsche denominó Targa desde el año 1966 a las variantes de sus modelos con techo desmontable y pilares B.
La prueba también se afirmó como un imprescindible evento mundano, que reunía a distinguidos miembros de la alta sociedad.
Correr sobre las tortuosas, y a menudo destrozadas, carreteras sicilianas que subían hasta los mil metros de altitud, para después bajar rápidamente a nivel del mar, también era una experiencia única para los más conocidos campeones.
En los primeros años 20, los Mercedes impusieron su ley para después ser relevados, a partir de 1925, por Bugatti, que ganó cinco veces consecutivas.
Fue un dominio absoluto por parte de Alfa Romeo, que seis veces consecutivas hizo suya la Targa.
En los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, se organizó otra vez el Giro di Sicilia, aunque mediante una fórmula con etapas, menos agotadora y exigente para los pilotos.