Hay que diferenciar esta actividad de la tanatopraxia, la cual se centra en la limpieza y conservación del cuerpo del difunto, entre otras cuestiones, siendo la actividad previa a la tanatoestética.[1] La tanatoestética comprende todo lo referente a la adecuación del cadáver para poder ser presentado de forma adecuada y sin que suponga ningún trauma a la familia y los amigos presentes.Por ello, se trata en todo momento de preparar al difunto para que tenga un aspecto lo más natural posible y lo más parecido al que tenía antes de fallecer.Colocación del cuerpo y elevación de la cabeza Para transportarlo con seguridad hasta la instalaciones pertinentes o el tanatorio, tiene que hacerse en una camilla especial, empleando un sudario donde irá introducido el cuerpo.Aquí también se realiza el afeitado si fuera necesario, teniendo en cuenta que ha de respetarse si el difunto llevaba barba o bigote o los deseos de la familia.Existirán ocasiones donde sea necesario el uso de camuflaje cosmético, bien porque presente una herida mínima, como un corte al afeitarse o simplemente por la falta de color natural provocada por la muerte; o técnicas de restauración básica donde tenga que emplearse, por ejemplo, la cera para poder disimular heridas más considerables en zonas visibles.