Taller ferroviario

El vehículo diésel-eléctrico es un elemento caro, pues sus partes constituyentes están construidas con materiales de primera calidad y con tolerancias rigurosas; para amortizar el capital invertido en su adquisición debe mantenerse lo disponible el mayor tiempo posible, para prestar el máximo servicio y producir ganancias; por otra parte, los gastos en mantenimiento deben ser reducidos, pues son una parte importante en los gastos de explotación.

En los mismos, la detención del vehículo es más prolongada y puede hacerse el aprovisionamiento justamente con los cambios de personal.

Los vehículos diésel-eléctricos exigen para este fin, pocas instalaciones del garaje o depósito.

Si es posible se agrega una instalación de limpieza automática del vehículo, que ahorra personal y tiempo.

Esta instalación bastante costosa, se justifica en depósitos o terminales que atiende a gran número de unidades, la misma se emplea para limpiar el vehículo antes de entrar al galpón para su revisión y reparación.

Taller ferroviario