La tablilla data de la mitad del siglo VII a. C. Como tablilla para la escritura, la cera se echaba sobre su superficie en marfil y los caracteres se trazaban con un estilo rígido.
Dos cabezas de león servían al lateral como asas.
La tablilla es el ejemplo más conocido de abecedario etrusco.
[2] La adopción de este alfabeto por los etruscos de Marsiliana se remonta al 700 a. C.[3] La letra san (Ϻ) y koppa (Ϙ) se mantienen ambas, pero omega ( Ω ) no aparece.
La forma común de una sola línea Η aparece en las inscripciones posteriores a Cumas y en los alfabetos etruscos de Veyes y Cerveteri.