Túnel transatlántico

Algunas propuestas prevén trenes tecnológicamente avanzados que alcancen velocidades de 8000 km/h.

[1]​ Otra variación moderna, destinada a reducir costos, es un túnel flotante sumergido a unos 49 metros debajo de la superficie del océano, para evitar los barcos, el mal tiempo y la alta presión asociada con un túnel mucho más profundo cerca del fondo del mar.

También se han presentado ideas que proponen cohetes, jet, scramjet y túneles presurizados por aire para el transporte en tren.

Durante la fase de desaceleración, la aceleración resultante de 0,2 g provocaría una desagradable sensación de inclinación hacia abajo, por lo que se propuso que los asientos giraran individualmente para mirar hacia atrás en la mitad del viaje, para hacer la desaceleración más agradable.

[5]​ En 1913 tuvo lugar la publicación de la novela Der Tunnel del autor alemán Bernhard Kellermann.