En la Biblia aparecen mencionados y descritos en el Libro de Ezequiel (Ez.
66:19) para el siglo VII a. C., donde se les considera buenos guerreros, orfebres y vendedores de esclavos.
Engendró un gran número de futuros reyes, la dinastía tubalita, empezando por su primer hijo Íbero, quien daría nombre tanto a la Península como al río Ebro.
Estos fueron, en orden cronológico, Idibeda, Brigo, Tago —por quien llaman así al río Tajo— y Beto, quien dio nombre al río Betis, actual Guadalquivir, y Bética a las tierras colindantes.
También los montes Setúbales fueron nombrados así por él, que actualmente es la cordillera de los Pirineos.