[3] Cuando Dobell tenía doce años, la familia se mudó a Cheltenham,[1] donde transcurriría la mayor parte de la vida del poeta,[2] y donde éste mantendría hasta su muerte, con diversos grados de actividad, su vinculación con el negocio y la región.
Su formación durante este período crucial haría de él un erudito variado, pero le impediría ser también meticuloso, un resultado patente por igual en su prosa y en su poesía.
El período inicial de su vida matrimonial se repartió entre su residencia en Cheltenham y enclaves rurales entre colinas.
Poco tiempo después, la elaborada y elogiosa crítica que Dobell hizo de Currer Bell en The Palladium dio lugar a una interesante correspondencia entre los dos autores.
[3] Tras su regreso, su reputación, obtenida gracias a su primera obra, amplió el círculo de amistades del autor, entre quienes se contaban destacados escritores como Tennyson y Carlyle, artistas como Holman Hunt y Rossetti, prominentes patriotas como Mazzini y Kossuth,[3] además de Robert Browning, Philip Bailey, George MacDonald, Emanuel Deutsch, Lord Houghton, Ruskin,[1] etc.
[3] Pero tal vez su amigo más íntimo en esta época fuera Alexander Smith,[1] a quien estaba unido por estrechos lazos de hermandad literaria.
[1] En 1857 pronunció una larga conferencia en la Institución Filosófica sobre La naturaleza de la poesía, y el agotamiento resultante del esfuerzo deterioró aún más su ya débil salud.
Teniendo prohibido por sus médicos el trabajo literario regular, dirigió sus pensamientos a otra forma de canalizar la utilidad, y, tomando parte más activamente en los negocios de su empresa,[4] fue pionero en la aplicación del sistema cooperativo en la empresa privada.
En 1871 se mudó a Barton-end House, catorce millas allende Gloucester, en una hermosa comarca sobre el valle de Stroud.
Sus críticas, aunque no siempre lo parezcan, resultaban invariablemente valiosas, porque él despertaba en sus oyentes una conciencia de las capacidades, así como un sentido del deber.
[4] Como poeta, Dobell pertenece a la "escuela espasmódica", como la denominó el profesor Aytoun, quien parodió su estilo en Firmiliano.
[1] En Hucclecote, en la Via Arminia, había comenzado The Roman, que aparecería en 1850, bajo el seudónimo de «Sydney Yendys».
Las mejores composiciones de esta colección, como "Keith of Ravelston", "Lady Constance", "A Shower in War Time", "Grass from the Battle-field", "Dead Maid's Pool", "An Evening Dream", "The Betsy Jane", etc., han encontrado, por su profunda solidaridad y su flujo lírico, un lugar entre los mejores florilegios populares[5] de la literatura inglesa.