Este naturalista entrerriano ha investigado durante décadas la evolución del género Sporophila en esa provincia.
Siempre fue muy poco conocida por los científicos, no así por los pobladores de la zona.
Los machos delimitan sus pequeños territorios —50 por 70 m— mediante ejemplares del género Acacia, los cuales también los emplean como percha para cantar, al igual que las inflorescencias de Eryngium.
El ambiente es un pastizal pantanoso de Panicum grumosum que permanece gran parte del año cubierto por 20 y 40 cm.
Mantiene interacciones territoriales con otros machos, tanto del S. palustris típico y en especial con S. hypochroma.
En marzo, los juveniles y adultos de S. zelichi se unen en bandadas mixtas junto con otras Sporophila, migrando luego, posiblemente hacia el norte, antes de que llegue el otoño.
En cambio, ambas se separaban fácilmente de S. cinnamomea pues las vocalizaciones de este eran marcadamende distintas, además diferían también en que este último requiere hábitats no palutres.