Sophie Calle
A través de la amistad de su padre con artistas como Martial Raysse, Arman, y Christian Boltanski, recibe inspiración e influencia para decidirse ella misma por una carrera artística.[2] Después de viajar por buena parte del mundo regresó a París en 1979.De ese mismo año también es su proyecto Detective, donde encarga a su madre que contrate a un detective para que le siga y realice un pormenorizado detalle de su vida diaria incluyendo un soporte gráfico.Ella lo describió así: Está obsesionada por la mirada, tanto la de los otros como la suya.[4] La propuesta se desarrolla en los diferentes pisos del hotel Salé de Paris y muestra archivos y escritos como fuentes y materias primas para echar una peculiar mirada a una selección de las obras más emblemáticas del pintor y establecer un diálogo con él, cuyas imágenes o recuerdos la artista convoca a través de una narrativa personal.