[1] Es una sopa muy espesa que se sirve bien caliente, y es muy adecuada en los fríos meses de invierno.
Dionisio Pérez sitúa el origen de estas sopas en tierras gaditanas.
La gran diferencia era el pimentón y los huevos que se hilaban casi enteros sobre la sopa.
Los panes mojados mantenían su estructura y no eran diluidos como en las sopas de gatos.
Es una sopa que se elabora con abundante aceite de oliva y ajo; a la mezcla se le suele añadir pimienta molida.