Para elaborarla, se asan las verduras (jitomates, cebolla y ajo) en un comal, luego se licúan y se cuecen en una cazuela por unos minutos, para después agregar una salsa de frijoles, que han sido cocidos y licuados con epazote.
[1] La sopa tarasca tiene su origen en 1966 en Pátzcuaro, cuando Felipe Oseguera Iturbide deseaba un platillo único para la inauguración de su Hostería de San Felipe.
[2] Con su hermana Luz crearon el platillo, y fue su esposa Pamela quien le propuso el nombre de «sopa de los tarascos» en honor a los pueblos indígenas del área, los purépechas o tarascos.
La Hostería y su sopa fueron publicadas en varias revistas americanas, como Better Home and Gardens.
[4] Casi de inmediato, la sopa tarasca se convirtió en el alimento preferido de estos conductores, que se acercaban en masa a la Hostería para solicitar el plato.