[2] Las más conocidas son las de manteca, envueltas en hojas del tallo de la planta del maíz fresco, no en las hojas del elote,[1][3] y las de ceniza, envueltas en hojas de carrizo.
Las corundas suelen ser de forma triangular, pero pueden tener hasta siete puntas.
En su preparación la masa de maíz cocido se mezcla uniformemente y se envuelve en las hojas antes citadas, para luego ponerse al vapor y lograr su cocción.
Las corundas se sirven, sin hojas, en una salsa frita de jitomate con rajas de chilaca y carne de cerdo, y se les agrega crema ácida, queso fresco o añejo (tipo Cotija) e incluso frijoles.
Pueden consumirse también solas, prepararse en algún platillo (por ejemplo, en la sopa de corundas) o acompañar otros, como el churipo, que es un caldo de res sazonado con chile guajillo seco, en el que las corundas se agregan enteras o en trozos.