fue una misión espacial no tripulada llevada a cabo por la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial para recoger muestras de material y traerlas a la Tierra para el análisis, de un pequeño asteroide cercano a la Tierra llamado (25143) Itokawa (tamaño 0,3 x 0,7 km).
[1] A la llegada a Itokawa, la nave espacial Hayabusa lanzó un pequeño aterrizador llamado Minerva que tenía como objetivo el estudio de la forma del asteroide, giro, topografía, color, composición, densidad, e historia, aunque no pudo realizarlo al perderse en el espacio sin llegar a tocar la superficie.
Más tarde se aproximó a apenas 7 km del mismo.
Hayabusa inspeccionó la superficie del asteroide inicialmente desde una distancia de aproximadamente 20 km.
La navegación óptica autónoma se empleó extensivamente durante este período porque el retraso de la comunicación impide las órdenes en tiempo real.
La nave espacial estaba preparada para disparar un proyectil diminuto a la superficie, recogiendo el polvo resultante, aunque aún es incierto si se consiguieron los objetivos.
Según el proyecto la masa de las muestras obtenidas debería ser de aproximadamente un gramo, aunque debido a algunos imprevistos técnicos, es posible que la cantidad recogida sea menor.
Hayabusa resolverá este problema trayendo las muestras prístinas de un asteroide específico, bien caracterizado.
[3] La misión Hayabusa fue modificada en varios momentos, antes y después del lanzamiento.
[11] La cápsula con escudo térmico hizo un aterrizaje en paracaídas en el sur del interior de Australia mientras que la nave se separó e incineró en una gran bola de fuego.
La superficie del recipiente se debe limpiar con gas nitrógeno puro y dióxido de carbono.
A continuación, se coloca en el dispositivo de apertura del frasco.