Sonata para piano n.º 18 (Beethoven)

Por esta época Beethoven confesó por primera vez su sordera progresiva a dos amigos, Franz Gerhard Wegeler y Karl Amenda.

El editor Hans Georg Nägeli de Zúrich le encargó estas sonatas para incluirlas en su serie titulada Répertoire des Clavecinistes.

Beethoven accedió a esta propuesta sin saber que su hermano Carl estaba negociando las mismas sonatas con la editorial Breitkopf & Härtel de Leipzig.

Ludwig mantuvo su palabra y envió las piezas a Zúrich, decisión de la que se arrepentiría más tarde.

[2]​[5]​ El suceso fue descrito por Ferdinand Ries en su Biographisches Notizen en los siguientes términos:[5]​[6]​ Beethoven estaba furioso con Nägeli.

Al principio pensó en publicar un anuncio en el Allgemeine musikalische Zeitung de Leipzig para denunciar los errores.

[3]​ Aunque no se encuentra entre las sonatas más celebradas del maestro alemán, presenta al menos dos rasgos inusuales.

En primer lugar, sus cuatro movimientos están todos en modo mayor y en tempo moderado o veloz, ya que no hay Adagio ni Largo.

En segundo lugar, la obra está compuesta enteramente por tiempos en forma sonata, salvo el Menuetto.

Arranca con un motivo de tres notas que parece reclamar con suavidad la atención del oyente.

Allegretto vivace, está en la bemol mayor, en compás de 2/4 y también sigue la forma sonata.

El tema principal es veloz y optimista, formando un patrón de doble arco.

Moderato e grazioso, está en la tonalidad inicial, en compás de 3/4 y en forma ternaria.

Beethoven en 1801.
Portada de la edición de N. Simrock del Op. 31.