Empezó su vida adulta como predicador en Filadelfia, y muy pronto pasó a realizar un show radiofónico góspel.
Tal vez otra de sus canciones más conocidas es Cry to Me, usada en la famosa escena del baile de seducción en la película Dirty Dancing.
En 1964 escribió y grabó Everybody Needs Somebody to Love, su apuesta más prominente en el soul duradero.
Burke ha realizado diversas colaboraciones tanto en la pequeña como en la gran pantalla, y sus giras llegan a colgar el cartel de "no hay entradas", como ocurrió en el Royal Albert Hall de Londres durante su gira de otoño a Reino Unido.
[2] Fue enterrado en el cementerio Forest Lawn Memorial Park de Los Ángeles.