Este documento es normalmente emitido por la organización que se beneficiaría de la solución.La diferencia con una solicitud de propuestas (RFP por sus siglas en inglés) consiste en que la RFS es mucho más abierta y deja más espacio a la innovación.[1] Las RFS también necesitan menos tiempo para ser contestadas, por lo que probablemente consigan un mayor número de respuestas.La RFS puede ser utilizada como el primer paso en un proceso de aprovisionamiento.Una vez seleccionada una solución específica, el proceso puede avanzar un paso, emitiendo, por ejemplo, una RFP, más concreta y detallada.