Soledad Gallego-Díaz

Empezó a trabajar en el mismo prácticamente desde el inicio y durante más de tres décadas ha ocupado entre otros los puestos de directora adjunta y corresponsal en diversas partes del mundo como Bruselas, París, Londres, Buenos Aires o Nueva York.

Su madre era una mujer cubana que fue de vacaciones a Madrid en 1936 donde conoció al que fue su marido y padre de la periodista, un jiennense «matemático y comunista», según sus propias palabras.

A los 19 años, durante la dictadura, trabajó para la agencia de información Pyresa, de la que fue despedida por secundar una huelga en la que se protestaba por los últimos fusilamientos del franquismo.

De vuelta a Madrid, ocho años después, fue nombrada primero subdirectora y luego directora adjunta del diario, cargo que ejerció durante cinco años hasta incorporarse a la corresponsalía de Nueva York.

A su regreso fue nombrada Defensora del Lector y se especializó en temas europeos.