Entre sus productos se encontraban elaborados de cobre, latón, transformadores eléctricos, etc.
En su creación intervinieron dos empresas de capital extranjero, la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya (SMMP) y la Rio Tinto Company Limited (RTC),[3] llegando ambas a formar parte del accionariado de la nueva compañía.[n.
1] La SECEM poseía en Córdoba una importante planta dedicada a la metalurgia del cobre, la producción de latón, la fabricación de motores y transformadores eléctricos, etc.[5] Con los años se acabó convirtiendo en una de las principales empresas del sector, teniendo también una gran importancia en el contexto local cordobés.
Aprovechando ese contexto, en mayo de 1978 la SECEM —con el apoyo financiero del Banco de Bilbao y el Banco Hispano Americano— procedió a la adquisición de la sociedad Pradera Hermanos, la Sociedad Industrial Asturiana y Earle; a finales de año a partir de todas estas empresas se constituyó el conglomerado Ibercobre, que controlaba el 60% del mercado del cobre.
[8][9] El complejo de SECEM en Córdoba se mantuvo intacto hasta 1989-1990, tras la compra de Ibercobre por la finlandesa Outokumpu, que decidió trocearlo en tres industrias separadas.