Sitio de Aledo

[3]​ En al-Yazira al-Jadra se unieron a sus tropas las del sevillano al-Mu'tamid, y juntos avanzaron hasta Málaga, donde se agregó el rey taifa Tamim ibn Buluggin con sus huestes.El ejército musulmán plantó su campamento a los pies del castillo de Aledo, y comenzó a hostigar la posición cristiana mediante disparos de manganas y balistas,[5]​ construidas ex profeso por expertos artesanos traídos desde Murcia.Destituido finalmente por Ibn Tašufin debido a una fetua, los murcianos abandonaron el asedio, rechazaron someterse a los sevillanos y pidieron auxilio al rey cristiano Alfonso VI.[8]​ Tras este revés, Yusuf ibn Tašufin prosiguió brevemente su campaña peninsular, apoderándose de Talavera de la Reina y Madrid, pero al ser rechazado en Guadalajara se replegó a Córdoba, para terminar volviendo a sus posesiones norteafricanas.Los almorávides, una vez se asentaron firmemente en la península ibérica, lograron pronto detener la presión de los reinos cristianos y hacer valer su autoridad sobre la región occidental, donde Sevilla se convirtió en su capital administrativa.