Nació como un recurso de rehabilitación de fachadas aportando ahorro energético y actualmente se aplica también en obra nueva por sus demostradas ventajas.
Tiene su origen en Centroeuropa en torno a 1950 para protegerse del frío y como ahorro energético en arquitectura.
Actualmente se emplea en todo el mundo, también en zonas secas como Dubái, para protección ante el calor.
Por este motivo se ensucian muy poco y son muy resistentes a las acciones meteorológicas, manteniendo su hidrofobia y su inalterabilidad cromática a lo largo del tiempo.
Los Sistemas SATE deben ser aplicados por empresas especializadas, ya que existen unos pasos a seguir que garantizan el correcto funcionamiento de dichos sistemas.