Almacenamiento de calor

La calefacción o refrigeración pasiva de un espacio se basa fundamentalmente en el mismo concepto, que consiste en crear una diferencia de temperatura entre el material y su entorno.

Por esto es muy importante, al diseñar un edificio, prever zonas o sectores ubicados adecuadamente para que puedan almacenar una cantidad suficiente de calor durante el día y mantenerlo en una temperatura confortable durante la noche.

En el verano debe trabajar al contrario, entregando al exterior suficiente calor durante la noche y así poder mantener frío el interior durante el día.

Por ejemplo: En la tabla se puede ver que de los materiales comunes poseen una gran capacidad calorífica: el agua, muros de agua, la tierra o suelo seco compactado (adobe, tapia), y piedras densas como el granito junto a los metales como el acero.

En un último grupo se encuentra (3 a 35 kcal/m³.°C), los aislantes térmicos de masa como la lana de vidrio, las lanas minerales, el poliestireno expandido y el poliuretano expandido que por su baja densidad poseen una capacidad calorífica muy baja y generalmente son usados como aislantes térmicos en diversos tipos de industrias.

Torre de almacenamiento de calor.