En reconocimiento de la familia sino-tibetana en su extensión actual solo se dio a principios del siglo XX.Entre las más citadas figura la que remonta su origen 7200 años atrás con la última cultura Cishan y la temprana Yangshao (óvalo rojo en el mapa precedente, las flechas negras serían vías de expansión no sinítica) y relaciona su expansión al impulso de la agricultura del mijo.Muchas lenguas tibetano-birmanas son insuficientemente conocidas, y su número exacto en ciertas regiones se desconoce.[6] Aún considerando sólo los tres grupos habituales (TB, Kr, Ch), hasta la fecha no existe un modelo de árbol no-disputado que muestre las interrelaciones internas.Ni siquiera se han trabajado en detalle las correspondencias fonéticas regulares, que constituyen uno de los primeros pasos del método comparativo, previos a la reconstrucción rigurosa.Por otro lado, las lenguas chinas suelen tener preposiciones, admiten orden SVO y son fuertemente aislantes.Si se dispusiera de una clasificación mejor, podría empezarse reconstruyendo las protolenguas asociadas a cada división primaria (proto-sinítico, proto-birmánico, proto-himaláyico, proto-karénico, ...) y a las agrupaciones de orden superior, para encontrar qué rasgos son arcaicos y cuales innovaciones.[10] Frecuentemente esos prefijos aparecen en unas lenguas y no en otras de manera aparentemente azarosa.Sin embargo, se han identificado listas razonables de cognados, de los que se presenta una muestra a continuación: El siguiente cuadro reproduce los numerales reconstruidos para las ramas del sino-tibetano: Finalmente otra lista que incluye reconstrucciones es la siguiente:
Grupos específicos de lenguas sino-tibetanas.
Propuesta de agrupación de las lenguas sino-tibetanas.