[8] No sabe con certeza lo que sabía Haydn acerca de los gustos ingleses, pero estas tres sinfonías poseen un estilo brillante y elegante típico de compositores como Johann Christian Bach y Carl Friedrich Abel.
Como se indica en la carta, los vientos tiene pocos compases en los que no apoyan las cuerdas, solo añaden color.
La sutileza está presente en la orquestación, ya que, a pesar de utilizar todos los vientos, éstos se integran perfectamente en el tejido dominado por las cuerdas.
[4] En cuanto a la participación del clavecín como bajo continuo en las sinfonías de Haydn existen diversas opiniones entre los estudiosos: James Webster se sitúa en contra;[9] Hartmut Haenchen a favor;[10] Jamie James en su artículo para The New York Times presenta diferentes posiciones por parte de Roy Goodman, Christopher Hogwood, H. C. Robbins Landon y James Webster.
No obstante, existen grabaciones con clavecín en el bajo continuo realizadas por: Trevor Pinnock (Sturm und Drang Symphonies, Archiv, 1989-1990); Nikolaus Harnoncourt (n.º 6–8, Das Alte Werk, 1990); Sigiswald Kuijken (incluidas las Sinfonías de París y Londres; Virgin, 1988-1995); Roy Goodman (Ej.
El segundo movimiento, Adagio, ma non troppo, está en si bemol mayor y en compás de 2/4.
El primer episodio está en menor y presenta a los vientos tocando suavemente sobre las cuerdas graves mientras que el segundo episodio es más agitado y presenta un tutti al completo.
Allegro ma non troppo, retoma la tonalidad y el compás es alla breve.
Incluso las dinámicas rara vez superan el forte en este estudio templado pero cálido.