Hasta hoy han aparecido ediciones en más de cincuenta idiomas, y las ventas estimadas superan en todo el mundo los veinte millones.
Al principio de la novela, Paul describe cómo pasaban sus días y parece que no les hacía falta nada.
Comían bien, les daban tabaco, recibían sus correos y también el periódico, solo se quejaban de que no podían dormir bien y que echaban de menos un buen sueño.
Paul visita a su amigo Kemmerich otra vez en el hospital y lo ve morir.
Entre Katczinsky y Bäumer se crea una especie de relación padre e hijo.
En un ataque es herido por metralla y pasa unas cuantas semanas en el hospital de campaña.
En los meses siguientes, de vuelta en el frente, se va desintegrando su grupo.