Cuando estalló la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago (218 a. C.), Sifax se hallaba más próximo a los romanos.
Asdrúbal Giscón no se arriesgó a actuar contra el romano y violar el terreno neutral.
Cartago necesitaba un nuevo aliado, y Asdrúbal Giscón ofreció la mano de su hija Sofonisba a Sifax.
Mientras Escipión se concentraba en Cartago, Lelio y Masinisa persiguieron a Sifax hasta Cirta.
Las tropas de Sifax regresaron a la capital, que cayó poco después reclamada por Masinisa.