Tras la derrota y captura de su padre al año siguiente, Vermina continúa fiel a Cartago.
Se une a Aníbal poco después de su desembarco en África, pero no participa en la batalla de Zama , probablemente por encontrarse reclutando fuerzas en sus propios dominios.
15.000 de sus hombres caen en batalla y 1200 son hechos prisioneros.
El senado replica que Vermina debe primero pedir la paz, y posteriormente enviaría comisarios a su reino para dictar los términos en la cual esta sería concedida.
Cuando los comisarios llegan a África, son recibidos por Vermina con el mayor respeto.