Sichelgaita

Alberada, por su parte, parece que no tuvo ningún problema a la hora de disolver su matrimonio.

Sichelgaita intentó mediar entre su hermano Gisulfo II de Salerno y esposo cuando sus relaciones empeoraron, pero sus ruegos no fueron atendidos y ella aceptó la suerte de su hermano en la guerra con Guiscardo (1078).

En 1083, Sichelgaita regresó a Italia con Roberto para defender al papa Gregorio VII contra el sacro emperador Enrique IV.

Ella le acompañó en una segunda campaña contra los bizantinos, en la que Roberto murió en Cefalonia en 1085 con Sichelgaita a su lado.

[3]​ Sichelgaita donó una gran suma de plata por su salud en otra ocasión en que estaba enferma.

Roberto y su familia: Sichelgaita está sentada a la derecha.