Batalla de Dirraquio (1081)

Los caballeros normandos atacaron entonces el centro bizantino, causando su huida y dejando la victoria en manos de los invasores.

Bohemundo disfrutó de un éxito inicial al derrotar a Alejo Comneno en varias batallas.

[5]​ Como se les pagaba con tierras, pronto se sintieron lo suficientemente poderosos como para desafiar la autoridad del papa,[6]​ al que en 1054 derrotaron en la batalla de Civitate, tras lo que le obligaron a reconocer su supremacía.

[10]​ El duque normando reclutó a todos los hombres en edad militar en su ejército, sin hacer excepciones.

[18]​ Sin embargo, la flota de Roberto, mientras navegaba con rumbo a Dirraquio, fue alcanzada por una tormenta y perdió varias embarcaciones.

[16]​ Cuando Alejo supo que los normandos se estaban preparando para invadir el territorio bizantino, envió un embajador al dux de Venecia, Domenico Selvo, solicitando ayuda y ofreciéndole a cambio derechos de comercio.

[19]​ Roberto no se desanimó por esta derrota naval y prosiguió con el asedio de Dirraquio.

[2]​ Los arqueros continuaron con esta táctica hasta que el ejército adversario llegó a sus proximidades.

La formación normanda se desintegró y huyeron hacia la playa, dónde, según Ana Comneno, fueron reconducidos al combate por la esposa de Guiscardo, Sichelgaita, a la que describe «como otra Palas, si no una segunda Atenea».

[27]​ Al mismo tiempo, el centro y la derecha bizantinos tuvieron que participar en las escaramuzas con los normandos frente a ellos.

Sin embargo, con la caída del flanco derecho normando, los caballeros quedaron en peligro de ser flanqueados.

En este punto, los varegos –una unidad formada principalmente por anglosajones que habían abandonado Inglaterra tras la conquista normanda– se sumaron a la persecución de la derecha normanda y con sus grandes hachas, atacaron a los caballeros normandos, que fueron expulsados después entre el pánico de sus caballos.

El campamento imperial, que se había dejado sin vigilancia, quedó a merced de los normandos.

[35]​ Las tropas normandas se hicieron con gran parte del norte de Grecia sin hallar mucha resistencia.

Pero cuando Roberto se hallaba en Kastoriá, llegaron mensajeros desde Italia que avisaron de que Apulia, Calabria y Campania se habían sublevado y que el emperador germánico, Enrique IV, se encontraba a las puertas de Roma y asediaba al papa Gregorio VII, un aliado de los normandos.

[36]​ Alejo había negociado una alianza con Enrique IV y le había enviado trescientas sesenta mil piezas de oro como donativo, tras lo que el emperador germánico respondió invadiendo Italia y atacando al papa.

[37]​ Alejo, desesperado por obtener dinero, había ordenado confiscar todo el tesoro de la iglesia.

[38]​ Con este dinero, Alejo levantó un ejército nuevo cerca de Tesalónica con el que esperaba expulsar a Bohemundo.

[40]​ El desmoralizado ejército normando tuvo que volver a la costa y navegar hacia Italia.

El Ducado de Apulia y Calabria en la época de la batalla.
Moneda de Roberto Guiscardo.
Ilustración de un manuscrito griego que representa a Alejo ( Biblioteca Apostólica Vaticana , Roma ).
La Guardia varega, ilustración de Sinopsis de la historia , de Juan Escilitzes ( Biblioteca Nacional de España , Madrid ).