La Luz de Keter se revela en Jojma, después pasa a Bina.
La proximidad de estas sefirot hace que esta primera parte del proceso se pueda efectuar, después la luz llega a Dáat.
[4] Como consecuencia de esa ruptura se crearon las qlifot, formas oscuras, raíces del mal.
La extensión de la enseñanza original de la Shevirat Hakelim a las modalidades antes mencionadas en la vida del judío, nos permite considerar que la verdad siempre permanece igual incluso "observada desde diferentes perspectivas".
Inicialmente la Cabalá interpretó los Kelipot como líneas semi-oscuras: eran precisamente los residuos de las vasijas los que no eran adecuados para contener la luz divina; con la concepción del Tzimtzum sabemos que este fue posteriormente comparado con otros ámbitos, por tanto no sólo espirituales: esto ya es comparable al límite de la Kav dentro del centro del que surgió la luz y por tanto la Creación, Kav cuyo primer extremo era contiguo a Dios; para evitar ambigüedades y malentendidos, siempre se ha cuidado de distinguir el resultado de los comienzos de la Creación en comparación con las figuras bíblicas descritas en la Torá: se sabe que muchos judíos en la Biblia hebrea son asimilados, por ejemplo por la mayor comprensión, a las Sefirot pero decir que Esaú o Labán y 'el segundo Faraón' representan 'el mal total' todavía parece muy difícil hoy.