Nada más desaparecer el sultán, rodeado de sus hombres, las mujeres abren las puertas a sus amantes esclavos y en la orgía resultante Zobeida baila con su favorito, el esclavo negro.
La inesperada aparición del sultán y su séquito pone fin a la fiesta que se convierte en una matanza de mujeres infieles y esclavos desleales.
Ida Rubinstein, que como bailarina estaba algo limitada, resolvió su papel como actriz.
Nijinski conquistó al público y cimentó su leyenda bailando con pasión el papel del Esclavo favorito.
[6] Por su fábula ejemplar, su ambiente de cuento oriental y su música sugestiva Sheherezade entusiasmó al público de su tiempo y se mantuvo en el repertorio balletístico durante muchos años.