Sharof Rashídov

[3]​ Bajo Rashídov, Uzbekistán se convirtió en una república industrial-agraria, con una industria ligera y alimentaria desarrollada, y la industria pesada se multiplicó por diez.Surgieron las mayores centrales térmicas (Taskent, desde 1971, Sir Daria, desde 1975, Navoi,) hidroeléctricas (Charvak, desde 1972), de gas (campo Gazli, desde 1961) y campos petrolíferos, así como industrias de ingeniería mecánica (electrotécnica, radioelectrónica, fabricación de instrumentos, aviación, etc.)[4]​ Bajo Rashídov, en 1966, se reconstruyó la capital de Uzbekistán, Taskent; se erigieron nuevos museos, parques, teatros y monumentos.En 1977, por primera vez en Asia Central, se inauguró el metro de Taskent.Por primera vez, se filmaron grandes películas históricas artísticas sobre los genios de la ciencia mundial nacidos en el territorio del Uzbekistán moderno; una sobre Avicena ("La juventud de un genio") y otra sobre Mirzo Ulugbek ("La estrella de Ulugbek").[10]​ Rashídov apoyó activamente a los jóvenes poetas y escritores de Uzbekistán.Bajo de él, poetas tan destacados como Erkin Vajidov (autor del poema "Uzbegim") y Abdulla Oripov (autor del poema "Uzbekiston") destacaron en la cultura de Uzbekistán.En 1980, por iniciativa de Sharaf Rashídov, se celebró el centenario del poeta uzbeko-tayiko Orif Gulkhani y se inauguró el Museo Gulkhani en Samarcanda.La prensa soviética, alimentada por las investigaciones de los jueces Gdlian e Ivanov, se ensañó contra estos clanes uzbekos, presentándolos como una peligrosa mafia culpable de haber emponzoñado a toda la sociedad (definida como una Mafia del algodón o Mafia uzbeka).Los lectores interesados por estas revelaciones tan escandalosas como inhabituales, no tardaron en establecer paralelismos entre el caso del algodón que inició una rápida degradación de las relaciones entre Moscú y las élites musulmanas soviéticas, y el desencadenamiento de la intervención soviética en la guerra civil afgana, de la que Yuri Andrópov fue uno de los promotores más fervientes.Pese a la magnitud del caso del algodón y la voluntad del actual poder uzbeko de no remover el asunto, Rashídov está considerado, oficialmente, como un dirigente que se involucró mucho en el desarrollo de la república (varios conjuntos arquitectónicos fueron edificados, así como la construcción del metro de Taskent durante su mandato).