[1] También se le atribuye la primera traslación del cuerpo de San Jenaro desde Pozzuoli a Nápoles, hecho que ocurrió en el año 367.
[1] Una historia legendaria, escrita alrededor del siglo X, cuenta que Severo trajo a un hombre de la muerte.
Su viuda e hijos quedaron desprotegidos e iban a ser vendidos como esclavos, debido a una deuda que el hombre había contraído en vida y que les querían cobrar usureramente.
La viuda entonces acudió a San Severo pidiendo auxilio, el cual declaró que “el hombre muerto dará la evidencia.” La ciudad se reunió junto a la tumba del hombre y Severo preguntó al hombre muerto para que conteste con la verdad, sobre cuánto debía de pagar por el baño.
El cadáver entonces abrió sus ojos, y manteniéndose en pie dijo “debo sí, pero un huevo”.