Durante el siglo XIX la raza empezó a adquirir popularidad por sus habilidades para cazar y en 1882 se fundó el Club del Setter Irlandés Rojo en Dublín.
Era un perro muy bien valorado ya que imponía respeto y era uno de los más utilizados para la caza.
Frank Forester, escritor del siglo XIX, describía el Setter irlandés así:
Sus pelajes también deben tener pequeños pelos en lugares como la cola, las orejas, el pecho, las patas y el cuerpo.
Debido a que le gustan las charcas, también se usa para la caza de aves acuáticas.
[8] Los primeros signos o síntomas suelen comenzar en los cachorros, aproximadamente entre los 4-7 meses de edad.
[8] Los perros criados desde el nacimiento con una dieta sin gluten no presentan alteraciones de la producción enzimática.