Existen limitaciones prácticas a la neutralidad de los medios, incluyendo la incapacidad de los periodistas para informar todas las historias y hechos disponibles, y el requisito de que los hechos seleccionados se vinculen en una narrativa coherente.
Los sesgos mediáticos tienen una larga historia en los medios de masas.
Sólo en tiempos recientes las nociones de punto de vista neutral e información equilibrada han constituido una parte integral del periodismo.
Incluso, hoy en día, los periodistas más objetivos no pueden evitar totalmente los sesgos de uno u otro tipo.
Es importante también señalar que el consumo de información del ciudadano puede estar sometido no sólo a este sesgo mediático, sino también al suyo propio, cuando tiende a buscar, interpretar y recordar la información que confirma sus propias creencias o hipótesis, descartando o infravalorando posibles alternativas.