El virrey Rafael de Sobremonte se retiró al interior del virreinato para levantar un ejército en la intendencia de Córdoba del Tucumán convocando tropas del interior del Virreinato, mientras que Santiago de Liniers pasaba a Montevideo y de acuerdo con el gobernador Pascual Ruiz Huidobro organizaba un segundo ejército en esa ciudad.
Pueyrredón asistía a los milicianos con sus propios recursos y con los suministrados por el asturiano Diego Álvarez Barragaña, cubriendo los jornales de 4 y medio reales con que se los compensaba por el trabajo perdido.
Este grupo de voluntarios, los Voluntarios de Pueyrredón, tuvo una destacada actuación, principalmente en el ataque a la Plaza Mayor y fue el primer escuadrón en organizarse al finalizar la reconquista.
Durante el avance sobre la ciudad Lucas Vivas, y D. Tomás Castillón su segundo, á la cabeza de otros verdaderos patricios, me han hecho los servicios más distinguidos, como caballería ligera, rondando las noches enteras alrededor de mis campamentos, como destacaría Liniers tras la reconquista.
[2] En los oficios del 4 y 10 de septiembre de 1806, elevados por Liniers al virrey Sobremonte y al ministro Manuel Godoy, informa ya la formación del cuerpo de Húsares por el Rey y por la Patria Voluntarios: Tengo coordinados tres escuadrones de voluntarios cuyos individuos han servido a todos en la Reconquista quienes de por sí se obligan a uniformarse y a mantener caballos a pesebres; cada escuadrón debe componerse de ciento y veinte jinetes, armados solo de sable y pistola, vestidos a la Húsara, por lo que se lo considera el primer cuerpo de voluntarios creado para luchar contra los invasores.
Por cubrecabeza llevaban una gorra o chacó con guarnición, escarapela encarnada y penacho blanco.
[3][4] Los húsares llevaban en el ojal una cinta azul y blanca, primer cuerpo en usar esos colores que se devendrían años después en los de la Bandera de Argentina, cintas como las recibidas en Luján en 1806.