Segundo (álbum)

Juana había compuesto y arreglado el repertorio; el resto de las decisiones que se oyen en el álbum las tomó el productor (sonido, intención).

Al poco tiempo, ya que era la única ciudad del mundo donde su música existía, Juana, su marido y su hija decidieron mudarse a Los Ángeles.

Baxter se empeñaba en enseñarle inglés a Juana porque sostenía que debía cantar en ese idioma.

Juana revela que hay proyectos abiertos de Segundo en su Digital Performer hasta septiembre del año 2000.

Con la portada resuelta, la idea de publicar con Frágil (cuya precaria situación financiera parecía anticipar la crisis del 2001) comenzó a perder potencia.

Los catorce (o quince) surcos del álbum pasaron casi inadvertidos para el público consumidor de discos en Argentina.

Si Rara había sido ignorado por la prensa, Segundo llamó la atención de críticos como Carlos Polimeni[8]​, Marcelo Panozzo[9]​ y Oscar Jalil[10]​, aunque el público no reaccionó con el mismo entusiasmo.

Mayol: A los pocos días de firmar la rescisión del contrato con Frágil, nos pidieron 25 discos para Japón.

Juana: Luego nos pidieron cien y más tarde hubo un pedido de mil discos.

Aquella primera gira japonesa (que desde entonces se repetiría religiosamente cada año) se extendió durante tres semanas e incluyó una presentación en el True People Celebration Festival con cartel compartido con, entre otros, Medesky, Martin & Wood y la Sun Ra Arkestra (el día anterior también hizo su show en el lanzamiento del festival en un hotel de Tokio, antes de Hermeto Pascoal).

Un mes más tarde, apareció la crítica en Rolling Stone USA y en diciembre en la página de discos del New York Times.

Otras, como ‘Mantra del bicho feo’, se convierte en música de baile firme, compacta y arremolinada.

[...] Es difícil saber de dónde viene exactamente: es realmente original”, publicó, por ejemplo, el crítico Ben Ratliff en The New York Times[12]​.

La emblemática revista inglesa Mojo le otorgó 4/5 estrellas: "Esta amorosa pero rigurosa remasterización devuelve el impacto de lo nuevo a un disco que ha envejecido asombrosamente bien.